C/Colón 13
Tribunal


www.laardosa.es

En el capítulo de hoy la palabra va a dejar paso a la imagen porque el establecimiento que titula este post es sobre todo un festín para la vista. Bodegas La Ardosa es un pequeño museo abigarrado de pequeños rincones que nos hablan de su historia y su singularidad. Las fotografías las hemos recopilado de la red y van debidamente acreditadas.

Entrada de la bodega

Existen otras bodegas con este nombre pero sólo esta merece el galardón de ser reconocida por él sobre todas las demás. Los establecimientos nacieron hacia 1892, un siglo antes que el Naranjito y la estación espacial MIR, y el nombre se debe a que su fundador era dueño de la comarca vitivinícola del mismo nombre. En 1970 la famosa bodega cambió de manos (las de la familia Monge) y así comenzó la historia moderna de uno de los establecimientos donde más se mima la cerveza. Aquí había cervezas de importación cuando aún estaba lejos la invasión de pubs irlandeses que hoy padecemos.

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C/ de la Madera 37
Noviciado, Tribunal

Si eres un finolis y sólo te fijas en el envoltorio de los sitios mejor no te dejes caer por esa casa. Y la verdad que parece que allí vivieran los que regentan el local, una pareja de setentañeros con su hijo cincuentón. Gente muy maja que se ve que le ponen cariño al asunto.

Casa Julio tiene toda la pinta de haber sido ya un sitio viejo desde el día de su inauguración y quitando la tele de plasma y los platos rectangulares por un momento parece que acabas de bajarte del De Lorean con Marty McFly a mediados de los 70. Si tienes dudas no hay más que mirar al poster del Real Madrid 74/75 (con Camacho, Del Bosque, Santillana, Goyo Benito, Breitner... vestidos de corto y melenudos) y con la siguiente inscripción "Doble campeón".

La especialidad de Casa Julio son las croquetas, puedes elegirlas de jamón, de espinacas con pasas y gorgonzola y de queso.

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*Nota:después de una semana faltando a la cita (¡no se repetirá!) vuelve nuestra sugerencia semanal. faltan las fotitos pero esta misma tarde las tendréis adornando el post

Calle Manuela Malasaña 5, Madrid
Tribunal o Bilbao
914459797

Hace mucho que teníamos pendiente ir al restaurante El Dorado (desde aquella primera cena con los indianos), y entre pitos, flautas y demás avatares menos sonoros del destino no ha sido hasta otro encuentro con ellos cuando lo hemos visitado finalmente. Os contábamos en aquel post lo que es el Chaufa, una manera de cocinar el arroz que salió de la confluencia de la inmigración china en perú y los ingredientes de la tierra. El resultado, un arroz similar al tres delicias, frito y con trozos de por ejemplo tortilla, pero que varía en los ingredientes. Toda una experiencia de sabor. Nosotros nos decantamos por el chaufa de carne, que estaba muy bueno.

Pero nos contaron que desde aquella primera intentona el restaurante ha expandido sus miras, y ya no se puede decir que sea Chaufa (al menos no exclusivamente). Ahora tiene una carta muy variada donde predomina la comida peruana, pero donde no faltan por ejemplo algunos platos colombianos y vinos de diferentes países (nosotros cenamos con un blanco chileno, Casillero).

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Leí hace unos días en un fantástico blog una reseña sobre el Home Burger, a veces pienso que estoy un poco enfermo con esto de escudriñar Madrid en busca de los mejores rincones, seguramente lo esté, no digo que no. El caso es que nos plantamos en el Home Burger a eso de las 22h del viernes, habíamos reservado pero no estaba lleno aunque en los fines de semana de verano Madrid es otra cosa, si quieres pasarte no está demás que les pegues una llamada.

Calle Espíritu Santo 12. Malasaña. Madrid
Tribunal, Noviciado.


URL

El local está forrado de madera muy al estilo cabina de tren, y muy bien ambientado como cafetería americana, a veces tienes la sensación de que llegará una rubia con un modelito típico yanki pero no, los camareros son del tipo de los de Malasaña con sus tatuajes de rigor. Es un local pequeño, perfecto para parejas y grupos no más de 4 o 5 personas.

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Calle de San Vicente Ferrer 22 · Madrid
Tribunal.

Un bar de juegos

No son pocas las veces que hemos pasado buenos ratos en el Red Bar, uno de los garitos con más personalidad de Malasaña. Y sin embargo, ingratos de nosotros, aún no está cucharizado. Aparece eso sí en el listado de bares con juegos que le pedimos prestado a Frunobuland y también lo incluyeron los chicos de Se nos va la olla en su lista de bares castizos (mira en los comentarios)

El Red Bar es uno de esos bares que valen lo mismo para un roto que para un descosido. El primer cuerpo es más bien un bar de toda la vida, de cañita, tapa y ración. Al fondo hay un saloncito con mesas y sillones que deben llevar ahí una vida y media del estilo que antes tenían muchos bares en Malasaña, imitando las típicas mesas rojas de los bares norteamericanos. En medio hay un montón de viejos juegos de mesa apilados para pasar una agradable velada allí.

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c/ Madera 36
Tribunal, Noviciado

No son crepes son gallete

Nos apetecía el sábado pasado comer unos crepes y pensamos en ir a la Creperie Ma Bretagne que en su día recomendara Edu. Como quiera que tanto esta como alguna otra en la que intentamos reservar estaba completa decidimos probar algo nuevo y así es como acabamos en Breizh. Tuvimos suerte esta vez.

Nada más entrar en este acogedor espacio del barrio de Malasaña uno se encuentra como en casa. Lo primero que nos sorprendió es que el camarero, en un tono muy cercano, nos preguntó si era la primera vez que cenábamos allí y si podía contarnos que hacían allí y recomendarnos algunos platos. Nos contó la diferencia entre una crepería al uso y una bretona (ellos presumen de ser la única por aquí): que los crepes salados los elaboran con harina de trigo negro en lugar de con la habitual masa blanca (esta la usan para los crepes dulces), recomendó además la Gallete (es el nombre de la modalidad bretona) completa, que al parecer es la más tradicional, así como comer con sidra, vasca en este caso, y probar el paté casero que allí elabora Françoise, la cocinera.

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Reconozco que ser mexicano y ser amigo de los de La Cuchara es un coñazo. Y es que siempre pienso que si fuera a vivir a otro país seguramente odiaría los restaurantes españoles por poco fieles y por traidores. Nuestros amigos mexicanos supongo que algo así deben de pensar cuando les proponemos probar uno de México.

En Madrid hay unos cuantos muchos muchísimos restaurantes que con mayor o menor gracia reproducen la comida del país norteamericano, La Catrina es una joven incorporación al panorama ibero-mexicano.

Situado en Malasaña con una decoración colorista y con un ambiente muy joven, La Catrina nos propone ese "fast-food" que aquí entendemos por comida mexicana y que no es si no una tapa o un bocata a la mexicana.

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