El sacrificio de Julián tenía ya premio antes de iniciarse el paseíllo, verse incluido en una feria de novilladas tan digna como la de Moralzarzal. Pero el ansia de triunfo, de golpear la mesa y decir: ¡aquí estoy yo¡ constaba en el ánimo del torero, Además tenía un testigo de excepción, su padrino de bautismo, el gran Andrés Vázquez (las tres cosas que nos dijo en la antesala del paseíllo darían para un libro).
Por eso cuando salió el cuarto ejemplar, un precioso jabonero de gran transmisión, y Julián pudo ver cómo se rompía el público con su toreo, y que sus muletazos eran respondidos con ovaciones y aplausos, se concienció de que no podía dejar escapar el triunfo, intentó calentar el ambiente aún más con unas bernadinas espeluznantes pero el novillo muy bravo le prendió de mala manera, hiriéndole feamente.
Hemos estado investigando y ya sabemos porqué no se encuentran toros dignamente presentados para las ferias de verano. Concluimos nuestras investigaciones sabiendo que no es culpa de los toreros ni tampoco es culpa de los apoderados; ellos no van seleccionando aquellos animales cuya cornamenta no se ha desarrollado, o es similar a la de un plátano. Eso son bulos de los reventadores de siempre. No; ellos se quedan con lo que hay en los cercados, porque como ya sabemos todos que es muy difícil criar toros bravos. Además se rascan en la tierra... Vamos, que todos no pueden servir para Madrid y bla bla bla. Pero ya decimos que no es porque les den miedo los pitones sino porque no hay otra cosa en el campo.
Afortunadamente esa excusa se va a terminar, hemos encontrado el lugar, Toropasión venta de toros, donde pueden acudir los señores Matilla, Boix, Vázquez y demás a seleccionar toros con los que sus pupilos se sentirían de verdad toreros. Espero que nos agradezcan la recomendación. Ojo que el ganado es de prestigio. Y además, según esta página, (donde se venden los toros) buscan la bravura, como los aficionados y los empresarios y los apoderados.
La temporada de “nuestro” torero estaba yendo cuesta arriba pero, al final, tarde o temprano, llegan las oportunidades y en cuanto Ortiz disfruta de ellas demuestra todo de lo que es capaz. Ayer en un festival celebrado en el pueblo toledano de Dos Barrios dio todo un recital de pundonor, toreo de gran calidad y amor propio.
Aunque no es determinante, el hecho de que cortase tres orejas y un rabo puede ser indicativo de cómo triunfó Juan. Y el caso es que la gente estuvo receptiva y supo apreciar el toreo largo y puro de Juan, poco propenso a “darse fiesta” en los pueblos.
Por fin pudimos sonreír y el torero se sintió muy a gusto, a pesar de la dificultad de los novillos. De hecho, su compañero José Luis Villalba fue cogido y Juan tuvo que matar tres novillos.
La parte taurina de Dax estuvo muy bien, pero lo “taurino” y lo "festivo" que envolvían la ciudad enrededor de la plaza de toros, que hacía las veces de epicentro de la fiesta Toros y Salsa, era sencillamente espectacular.
Todos y digo absolutamente todos los rincones de Dax hervían de afición. Motivos taurinos en los regalos recordatorios y hasta menús “taurómacos” especiales para la fiesta (melón con jamón y gazpacho andaluz eran las estrellas de las cartas), aunque yo me dediqué por completo a degustar el pato o canard, en todas y cada una de las formas en que te lo podías comer allí (el colectivo de patos me ha declarado persona non grata).
-Sí, lo de la foto es una tienda de ropa, con toro encima
Del Ombligo pa´dentro
Decía Oscar Wilde, autor recurrente en esto de las citas de carpeta, que lo más profundo que tenemos es la piel. Lo más superficial que tienen los taurinos son los símbolos, y han hecho de ellos su escudo pararrayos, su arma arrojadiza. La secta que representan se ha aislado del exterior, de la sociedad y sobre todo de los aficionados basándose en la apropiación de determinados símbolos, a fijar y crear arquetipos, a atarse a banderas, a creencias ideológicas, a unos principios generales extraños y a normas consuetudinarias difíciles de entender, que en realidad les hacen seres antisociales.
Las Arenas de Dax, con evidente inspiración en la Maestranza sevillana.
Por eso los aficionados, que a pesar de ellos (de los taurinos) aman al toro, en general, son seres anónimos que intentan hacer pasar su afición a hurtadillas. Algunas veces lo he hablado con Javier; los pocos, que exceptuando nuestros más allegados, conocen de nuestra pasión por los toros.
Es una de las notas más características de denuedo y desprecio: dar la espalda, el ofrecer el envés de nuestra apariencia física como símbolo de desden hacía lo que nos disgusta o desagrada. Por eso he puesto esta foto de este señor, empresario de Las Ventas, que se posicionaba de esta guisa; hablaba con su compinche Roberto Espinosa, mientras un novillero “contratado por él” intentaba hacer faena a un novillo “contratado por él”, en la plaza que gestiona.
Estos empresarios desprecian a la plaza de Madrid, la ningunean, la ofenden, vejándola en su moral y su integridad que como las mocitas de origen humille es el único tesoro que posee. Ya ni eso, gracias a estos señoritos de tres al cuarto.
Vejan Las Ventas, con la chapuza esa de la entrada general. Resulta que no es tan general puesto que obligan a los dos centenares de aficionados-locos-masocas que quedan a apiñarse en los tendidos de sombra junto al millar de guiris que completan el aforo para que en la TV parezca que alguien va a la plaza.
Víctor Iniesta, de Carabanchel. Así le anunciarían en los carteles si fuese torero, pero es guitarrista, guitarrista de El Bicho, un grupazo espectacular que acaba de publicar nuevo disco y que suele deleitarnos con directos bárbaros, siempre que a su cantante Miguel Campello no le de por convertirlos en un espectáculo circense y acrobático que, eso sí, las féminas suelen agradecer efusivamente.
El caso es que este “peazo” guitarrista suele, en muchas ocasiones, salir vestido con el taurino traje corto o traje campero, generalmente sin chaquetilla y, eso sí, nunca lleva camisa. Ésta es la única foto que he podido encontrar y además se le ve de espaldas, pero se aprecia bien.
Por cierto, VII, el nuevo disco de “El Bicho”, es muy pero que muy recomendable.
Acercando desde lo más taurino y añejo, la propia tienta, a los aspectos más vanguardistas y novedosos en los que intervenga el orbe taurino; cultura, tecnologia, información, personajes, clásicos, taurinos, plazas y sobre todo un protagonista, "El Toro"