La parte taurina de Dax estuvo muy bien, pero lo “taurino” y lo "festivo" que envolvían la ciudad enrededor de la plaza de toros, que hacía las veces de epicentro de la fiesta Toros y Salsa, era sencillamente espectacular.
Todos y digo absolutamente todos los rincones de Dax hervían de afición. Motivos taurinos en los regalos recordatorios y hasta menús “taurómacos” especiales para la fiesta (melón con jamón y gazpacho andaluz eran las estrellas de las cartas), aunque yo me dediqué por completo a degustar el pato o canard, en todas y cada una de las formas en que te lo podías comer allí (el colectivo de patos me ha declarado persona non grata).
-Sí, lo de la foto es una tienda de ropa, con toro encima
A todo este había que sumar el festival de Salsa; grupos espectacularmente buenos de jazz latino y música de salsa, cuyos conciertos eran gratuitos para todo el que quisiera en el parque próximo a Las Arenas. El ambiente era divertidísimo y la gente educada y españolizada (intentaba expresarme en mi patético francés y enseguida me respondía: “¿Espagnol? ¡Oh! Habla en espagnol, que te entendemos".
Acercando desde lo más taurino y añejo, la propia tienta, a los aspectos más vanguardistas y novedosos en los que intervenga el orbe taurino; cultura, tecnologia, información, personajes, clásicos, taurinos, plazas y sobre todo un protagonista, "El Toro"