Juan Ortiz vistiéndose para actuar en Haro.
He intentado una mejor presentación de las fotos pero no he sido capaz, aun así, aqui teneís el link.
Candeleda es un pueblo tan bonito que más parece de la vecina comarca de La Vera que de la provincia de Ávila a la que pertenece.
En Candeleda los toros en agosto se hacen en la plaza del Ayuntamiento,año tras año cierran las calles que manan de la plaza, con tendidos hechos a medida desde donde ver los toros.
Este año, la serrana plaza de Candeleda ha lucido más torera que nunca, porque a su habitual toreria sumó la de un ilustre visitante Carlos Escolar "Frascuelo", un torero que lo es en cualquiera de sus gestos y actos. Donde se apoya no es un burladero al uso, el toro puede pasar por detrás, en realidad sólo sirve para proteger la puerta del propio Ayuntamiento.
Dicen que siempre hay dos caminos entre los que elegir. Y todos por los que apostó Foro le acabaron convirtiendo en “Forito”. De figura del arte de la fotografía taurina a gracioso bufón de oficina modernista y fría.
Perdida su esencia taurina, la de hombre, la de la gallardía, sólo quedaron migajas y un esqueleto de lo que fue.
De retratar la vida y la muerte, de capturar en su objetivo la gloria del toreo, a hacer fotos para enciclopedias. Un trabajo profesional, de subsistencia o supervivencia, llámenlo como quieran; frío, sin magia, sin la magia de la tauromaquia, la que hace sentirse a uno vivo.
La culpable del descenso a los infiernos fue una mujer, como no podía ser de otra manera.
Desconozco los entresijos del alma de Pedro G. Macías, el origen de los impulsos que propulsan su corazón. Apenas sé sobre aquello que le hace reír o lo que le enturbia el ánimo; lo que le motiva cada mañana para arrancarse de lejos y reunirse en el cite diario de la vida, probablemente a ciegas, sin saber si lo que espera es una muleta adelantada, plana, o un cite ventajista, traicionero, aprovechando el viaje.
De lo que sé de Pedro G. Macías, de mi superficial relación con él, ojo que no superflua, sí puedo dar fe de varias cosas, aunque no se si entre los “enfermos del toro” se puede disociar. Como “aficionao”, decir que con una gotita de ADN de este caballero, bien clonada, se podrían llenar de aficionados al menos doscientas plazas de toros. En ese momento la fiesta de toros sería integra, justa, ecuánime, romántica y sobre todo sería VERDAD.
La indignación que ha producido a los aficionados cabales la fraudulenta adjudicación a la empresa de Martínez Uranga de la gestión de la plaza de Las Ventas me obliga a reconciliarme con algún aspecto positivo de la fiesta de toros. En este caso significar a una de las personas que trabajan de verdad, con implicación y seriedad para que esto cambie. Si no hubiese gente como él y tantos y buenos aficionados acabaría renegando de este mundo taurino, fraudulento y nauseabundo, que consigue aglutinar a lo “mejor” de la sociedad (ladrilleros, gángsteres y políticos).
Y por eso he decidido, puesto que nuestro homenaje no sería significativo, recoger el que otros han rendido a Don Adolfo Rodríguez Montesinos, galardonado con la “Pluma de Águila” por la Asociación Nacional de Aficionados Franceses. Gran aficionado, veterinario y ganadero (de Santa Coloma), que con su trabajo y dedicación hace todo lo posible por revelar y divulgar la grandeza del toro de lidia, y reivindicar su protagonismo dentro de la fiesta a través de sus libros y trabajos.
Aquí va un breve extracto
Es tan grato poder leer a Enrique, que estas opiniones suyas que dejó en un comentario creo que merecen aparecer en un lugar que pueda ser leido por más personas, es un placer contar con los textos de este gran aficionado, conocedor del mundo del toro como profesional y como aficionado, al que con un poco de suerte esperamos que pronto sea una firma más de esta humilde bitácora. Sería todo un lujo para nosotros y para los lectores que podrían conocer la fiesta desde una óptica mucho mayor.
Aqui va el texto, gracias Enrique:
Corren tiempos de devaluación; de pervertir lo auténtico, de contaminar, de alterar lo correcto:
Nos ocurre con los valores humanos.
Había leido sobre Platerito de Cadiz en algún libro de Santi Ortiz, pero aunque nunca puse en duda la existencia de un novillero que banderilleara con la boca, la contundencia de esta foto deja pequeña cualquier representación que me había hecho sobre tan extraña suerte.
Parece ser que en este envite el joven perdió dos dientes, lo cual nos parece lógico teniendo en cuenta los riesgos. No llegó a tomar la alternativa, pero debe ser recordado en el planeta taurino como el precursor (y único ejecutor) de esta modalidad de banderillear que afortunadamente no arraigó.
Acercando desde lo más taurino y añejo, la propia tienta, a los aspectos más vanguardistas y novedosos en los que intervenga el orbe taurino; cultura, tecnologia, información, personajes, clásicos, taurinos, plazas y sobre todo un protagonista, "El Toro"
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