Los guapos son los que entran a un bar, o a una misa, o a la fila de la lavandería y si una mujer le mira con ojos de “te voy a robar el alma”, le sostienen la mirada, con firmeza, sin pestañear, y se la roban a ella.
Los toreros buenos son los que cuando un toro –encastado- se para a la altura de los muslos y les dice “se donde tienes las venas y las arterias y me las puedo llevar colgando”, le sostienen la mirada, no se mueven ni un ápice, dejan que las zapatillas impriman su firma en la arena, y le dicen al toro, sigue por aquí que mis muslos son de acero. Fundi, Urdiales y Talavante han sido hoy tres toreros buenos que han sabido mantener fluidos debates dialécticos con los Adolfos, verdaderos oradores de lo bravo, convirtiendo la conversación en arte.
En el vagón del metro, camino del drugstore, me encontré con Kirsten Dunst, a pesar de la multitud de gente que salía de la fábrica de cemento, en realidad era como si estuviésemos solos, le sostuve la mirada, le di el medio pecho, y el compás cerradito; ella estaba demasiado guapa, le vi el aura, quizás hubiese sido mejor venerarla que intentar con ella lo que habían conseguido con los Adolfos, Fundi, Urdiales y Talavante, pero en la vida hay que seguir ejemplo, de estos trances siempre es mejor salir arrebatado como Fundi, en novillero y maestro, como Urdiales, que debe sentirse como Van Gogh, ¿deberá aniquilarse una oreja para que los falsos artistas le cedan los puestos de las ferias que merece?, o como Talavante, torero de trance y levitación, de grandes citas, con una mano izquierda tan portentosa como su mentalización de Samurai, no había otra opción, dar el paso adelante, lo que los cobardes y los feos nunca solemos hacer, ¿cuándo me iba a volver a encontrar en el subway con Kristen Dunst?, oí decir que iba a ingresar en un centro para tratarse de una depresión, daba igual no la noté nada enferma y tampoco creo que ninguno de los dos lleguemos a viejos.
Yo puse la muleta, el corazón y los muslos a su disposición, el resto lo decidió ella, no voy a contar lo que sucedió porque a pesar de lo que dicen por ahí, soy un caballero. Y lo soy gracias a Adolfo Martín, Fundi, Urdiales y Talavante.
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Acercando desde lo más taurino y añejo, la propia tienta, a los aspectos más vanguardistas y novedosos en los que intervenga el orbe taurino; cultura, tecnologia, información, personajes, clásicos, taurinos, plazas y sobre todo un protagonista, "El Toro"