Hoy termina la estupidez de la semana torista, ese aberrante invento que propicia que el desorientado aficionado venteño tenga dos cabezas, que ni son pensantes ni se ponen de acuerdo.
Hasta la fecha de hoy y si El Cid (la excepción no lo remedia, no se ha cortado ni una sola oreja, aunque el eco de la faena de Rafaelillo es fuerte, me dirán y con razón que los despojos no son importantes que lo bueno es el recuerdo de la faena. Pienso que eso habría que explicárselo al bueno de Rafaelillo para consolarle, porque seguro que tras no cortar orejas se va a pasar el verano esperando a que le llamen para matar alguna otra bueyada como la de Doña Dolores, mientras que sus compis que se enfrentaron a los “temibles Domeqs” en las semanas “toreristas” y fueron agasajados con orejitas de saldo se van a recorrer España llenando la buchaca y no viendo un pitón integro ni en las fotos de los bares.
Y mientras esto siga así, estableciendo dos circuitos paralelos en los que en uno actúan toreros (según la cátedra, toscos, voluntariosos, sin gotita de arte) con toros de verdad, y a los que despellejamos porque siempre (vaya, siempre es un término muy absoluto) están por debajo del toro o éstos se les van sin torear, y otro circuito en el que actúan toreritos de bonita compostura ante toritos babosos y dóciles que son premiados con orejas y puertas grandes, la justicia no existirá en la Fiesta. Y cualquier cosa que se haga sin justicia es detestable. Y estas ganaderías de toros de verdad, Cuadris, Palhas, Adolfos no deben lidiarse seguidas; deben intercalarse entre la de Martelilla y Lagunajanda, para que veamos cómo se comporta el público con unos, los figurantes, regalando orejas y como se cómporta con otros, regalando piropos a los valientes: “se va sin torear”, “eres muy malo”, “crúzate”…
Mientras los Gómez Escorial, Robleños, Fundis, Rafaelillos, Vilches, Encabos, Cháves, no se midan con los Talavantes, Julis, Castellas, Tejelas, Jiménez, Abellanes, Pereras, en igualdad de condiciones, jamás diré que han estado mal, aunque se les vaya el gran toro de Palha o el “Chaparrito” de Adolfo “sin torear”, porque señores, estos toreros que calzan dos huevos grandes como sandias están siendo enjuiciados con una vara de medir más severa que la que se les aplica a los “figuritas”, y encima a unos se les niega el pan y a otros se les bendice.
El miércoles empieza otra aberración, la de la Feria de no se qué aniversario, en la que vendremos a la plaza a tragarnos la más que probable basura de Garcigrande, El Pilar y nuestro temido Juan Pedro. Añadir la más que probable mierda que se traiga bajo el brazo Morantismo de la Puebla (arsa que arte), que seguro que apuesta por lo de Escolar, Cuadri, Palha, y Adolfo o Victorino (esa es su duda más importante). Y como apestamos de esas ganaderías bodegueras a las que odiamos, a veces con razón otras no con tanta, pues nos ponemos de parte de los toreritos y les premiamos con orejitas y puertas grandes para que puedan salir en las fotos de los portales taurinos y seguir haciendo campaña en Aranjuez, Brihuega y otras plazas postineras, el que más triunfe entrará en los carteles con Cayetano, que esos sí que son fuertes.
Desde junio a octubre no volverán a ver un pitón integro en la puta vida, todo lo más utreros adelantados, y verán cómo nuestros odiados Fundís y Robleños se la juegan a carta cabal en Pamplona, Bilbao y alguna feria francesa.
Ése es el premio que tienen unos y otros; los héroes de esta película son recompensados con la gloria eterna y los villanos, malvadísimos, que se enfrentan a toros de verdad que según el respetable siempre son buenísimos y están por encima de ellos, son condenados al sufrimiento eterno, el del toro grande y el billete chico, el de las cornadas graves y los malos ratos.
Pero nosotros queremos una fiesta integra, el toro-toro, que haya emoción, que se ejecute la suerte de varas, que se luzca al toro, que se nos deje ver, que se le cite de largo y al pitón contrario. Pero el premio que vamos a dar a Rafaelillo es que repita el año que viene con la de Dolores o con la de su prima, pero no entrará en la mini feria de la mierda del aniversario ni de coña, mientras que sus colegas de profesión (realmente no es la misma profesión) se lo llevarán muerto un año tras otro lidiando la misma basura origen Domeq.
Qué quieren que les diga, pero si yo fuese Rafaelillo y algún día le cortase las orejas a un pavo de Doña Dolores y pudiese elegir me tiraba derechito a por la de la Ventana del Puerto, Alcurrucén, El Pilar o Garcigrande, porque el premio que damos a los toreros machos es una ofensa en comparación con el que obtienen los figuritas figurantes.
Porque mientras haya dos públicos, semanas gueto, dos formas de valorar esto, en definitiva dos espectáculos dispares, estamos cometiendo una injusticia y a mí me asquea; los dos tipos de espectáculo son necesarios, pero si se dan conjuntamente y bajo las mismas reglas y la misma justicia. A mi me gustaría ver a Castella con la de Adolfo y la de Garcigrande, pero también me gustaría ver al Fundi torear con El Juli, la de Victoriano del Rio y que cobrasen lo mismo (la plaza se llena igual) y que luego repitiesen con la de Cuadri. Pero eso nunca va a suceder porque los toreros tienen memoria y saben como se las gasta el público cuando se lidian Cuadris, Palhas o Adolfos. Y, señores, al fin y al cabo los toreros son protagonistas de este espectáculo al 50% junto con el toro.
Acercando desde lo más taurino y añejo, la propia tienta, a los aspectos más vanguardistas y novedosos en los que intervenga el orbe taurino; cultura, tecnologia, información, personajes, clásicos, taurinos, plazas y sobre todo un protagonista, "El Toro"