Dicen que tocar a rebato significa alertar a la población para tomar las armas preparados para el "ribat", la palabra árabe que significa ataque. La temporada de Juan está siendo un continuo ribat, novilladas serias, y sorteos poco afortunados, con lotes que en su mayoria muestran aviesas intenciones.
Lamentablemente no estamos pudiendo ver la cara artista del torero, pero la del soldado está cumpliendo con creces en la batalla, dejándose la piel en cada tarde, a pesar del desgaste emocional que ello conlleva.
Ayer en Brunete parecía que la cosa cambiaba, pudo gustarse en las verónicas de recibo y en un quite por chicuelinas, igualmente la primera tanda de la faena, doblándose por bajo con el novillo fue de alta calidad, pero cuando toreaba por la derecha el toro mostró otra condición y enseguida fue a por el torero, volteándolo.
Recibió una tremenda paliza del novillo, con puntazito en el muslo incluido, a pesar de eso, no se descompuso y se dobló con el animal matándolo dignamente.
Después de visitar la enfermería salió para lidiar al segundo y aunque éste tampoco ofreció lucimiento pudo conseguir momentos emocionantes de nuevo y cortar una oreja de reconocimiento general por una tarde de entrega.
Me quedo con lo que comentaban los profesionales cuando Juan acabó con su segundo ejemplar, el banderillero "Chocolate" entre otros afirmaba que era increible que después de la paliza del primer toro, de la lidia del segundo perpetrada por la cuadrilla y de las condiciones del propio toro hubiese sido capaz de sacarle muletazos y cortarle una oreja. Importante reconocimiento que debería ser balsamo para las heridas.
Acercando desde lo más taurino y añejo, la propia tienta, a los aspectos más vanguardistas y novedosos en los que intervenga el orbe taurino; cultura, tecnologia, información, personajes, clásicos, taurinos, plazas y sobre todo un protagonista, "El Toro"