Def Leppard ha vuelto con material original bajo el brazo después de su último disco de versiones. Antes de seguir con la crítica del disco voy a decir que me parece ridículo entrar en polémicas comparándolo con su mítico Hysteria. Desde el lanzamiento de éste han pasado 21 años y seamos serios, si cualquier grupo publicase un disco igual a otro de hace tanto tiempo sería para preguntarse por la falta de ideas. Otra cosa es discutir sobre si el impacto sobre el panorama musical de un disco es el mismo de otro en su tiempo.
Debates a un lado, los británicos acaban de publicar Songs From The Sparkle Lounge (Universal Records), y la impresión después de varias escuchas es buena. Las doce canciones no te roban el corazón, pero demuestran que Joe Elliot (voz), Rick Allen (batería), Rick Savage (bajo), Phil Collen (guitarra), y Vivian Campbell (guitarra) tienen muchas cosas que decir todavía, a pesar de sus más de 30 años de carrera.
Las canciones recuperan el aire más festivo y animado de la banda, con esa mezcla de tecnicismo, pop, y rock progresivo que les caracteriza. Todo ello con unas melodías muy directas y pegadizas, y un sonido contemporáneo.
A nivel instrumental, todos los integrantes suenan impecables. Voz, guitarras, bajo y batería nos ofrecen la calidad que uno espera de este quinteto.
El álbum comienza con las guitarras afiladas de Go, uno de los temas más duros en el que las seis cuerdas son las protagonistas principales.
Nine Lives, con la colaboración de Tim McGraw, nos trae de vuelta los recuerdos de los años 80, con una melodía de absorción instantánea, y un juego de voces con varias texturas.
El aire más ligero continua con C´mon C´mon, otro tema de consumo rápido cuya escucha alegra y apetece en cualquier momento.
Love pone el punto serio, con una primera mitad acústica, íntima, que luego es potenciada por el resto de instrumentos dando pie a un medio tiempo al uso.
Otro tema a destacar es Only The Good Die Young por el buen rollo que impregna sus notas y que se transmiten desde el primer compás, y un coro muy pegadizo.
Bad Actress recupera el lado más orientado al hard rock del grupo.
Como conclusión, el nuevo disco de Def Leppard es bueno. No pasará a la historia, pero tiene elementos más que de sobra para mantener al grupo como un referente dentro del mundo del hard rock y del pop rock.
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