Está claro que son dos términos contrapuestos. El urbanismo casi siempre (por no decir siempre) también se contrapone a la sostenibilidad medioambiental. Esta es la primera contrapartida, la más importante, que pagamos por el "desarrollo" para llegar más rápido a cualquier sitio en coche o disfrutar de un campo de golf o un chalecito con césped húmedo en clima seco. La segunda es destruir nuestra cultura y olvidar de dónde venimos.

Con las recientes obras de la M-30, que estamos sufriendo todos los madrileños, se están juntando todas las contrapartidas que nos podíamos temer: dudas sobre su impacto ambiental, interminables atascos, despilfarro del presupuesto del ayuntamiento y por supuesto atentados contra la cultura, en concreto con la arqueología. Se han encontrado en diferentes yacimientos más de 300 restos, un poblado paleolítico de cazadores-recolectores o uno romano además de restos de flora y fauna del pleistoceno.

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Todo esto era de suponer al encontrarse la M-30 en la ribera de un río y al perforar tantos metros y remover tanta tierra. Está claro que por un lado todos los que nos dedicamos a la Paleontología, Arqueología o Historia deberíamos estar frotándonos las manos, pero no es así. Lo que se está haciendo es una auténtica salvajada aunque estamos tan acostumbrados que no nos sorprende en absoluto. El único recurso es la excavación de urgencia con todos los inconvenientes que ello conlleva (prisas, recogida de datos insuficientes, recoger restos descontextualizados, imposibilidad de volver a visitar el yacimiento…)
Lo que está ocurriendo en Madrid está a la orden del día en esta España del ladrillo. Lo sufrimos en todos los sitios de costa del Levante y de Andalucía con la construcción de campos de golf y sus zonas residenciales aledañas totalmente insostenibles a todos los niveles. Además de demandar un agua que no hay en la zona (¿Lo del trasvase del Ebro lo proponían para regar al campo de labranza o el de golf?) y destruir el ecosistema de la zona se tapan yacimientos a porrillo.

Cualquiera que conozca un poco la Historia Antigua de la península ibérica sabrá que el sur fue el lugar donde se asentaron los fenicios desde el año 1100 a.C. según las fuentes grecolatinas (concretamente en Gadir, la actual Cádiz, donde edificaron un templo a Melkart, el Heracles fenicio) y se interrelacionaron con las poblaciones existentes. El sur andaluz está repleto de yacimientos y lo más probable es que aparezcan muchos más. De hecho se produjo el hallazgo de un edificio fenicio (probablemente una especie de palacete redistributivo o de culto) que ha servido para demostrar la presencia fenicia en una zona de Andalucía. Se descubrió por las obras de un hotel, hubo que indemnizar al constructor (creo que con 6 millones de €) y paralizar la obra.

También lo hemos visto con las obras del tren de alta velocidad Madrid-Valladolid en la provincia de Segovia, donde se descubrió un poblado visigodo y en este caso sí se desvió el trazado. Está claro que hay menos problemas en un espacio sin habitantes en la actualidad que en los que sí lo están. Eso ocurre en Mérida, Huelva o Cartagena por ejemplo.
Actualmente en Cartagena se está excavando un teatro romano similar al de Mérida. Se ha tenido que indemnizar a familias y darles otras casas para proceder a la excavación.
En Huelva, un grupo de arqueólogos amateurs entre los restos de tierra de la obra de un garaje encontraron restos cerámicos que han hecho retrasar la fecha que daba la arqueología para la llegada de los fenicios pasando del siglo VII a.C. al siglo IX.
Lo normal es que no se haga siquiera una excavación de urgencia y se eche cemento sobre los restos arqueológicos.

Ahora el alcalde de Madrid para lavar la cara y dar un nuevo golpe de imagen ha dicho que con todos los restos que se han encontrado en la M-30 se va a hacer un museo con todos los restos y como dice en una noticia totalmente “imparcial” de El mundo:

para "recuperar la memoria histórica" de lo que el río ha supuesto para Madrid a lo largo de los siglos.

Si eso lo pensase de verdad tendría que haber dejado a los paleontólogos y arqueólogos todo el tiempo necesario para poder realizar una auténtica investigación. El rédito electoral es mucho más jugoso que recuperar la memoria histórica.