Estar mucho tiempo sin escribir no significa que no siga el estado del mundillo renovable. Digo mundillo, porque hay muchas cosas que no me gustan en las últimas fechas.
Al Gore es premio Nóbel de la Paz. ¿Paz? Cada día me creo menos a este hombre. No sé cuales son sus intenciones reales con su mensaje. No sé si es cierto que se forra por cada una de las conferencias que da. Sí que extraña que ponga tanto celo en que nadie grabe o filme en sus charlas, que venga a España a formar emisores de su mensaje, al más puro estilo sectario. Me da cada vez peor espina. No dudo de que Gore, como ya he comentado en ocasiones, sea un excelente comunicador, que su mensaje tiene parte de cierto, algo de edificante y sus recomendaciones podrán hacer de todo menos daño al planeta, pero algo no huele del todo bien.
Mientras, se desarrolla la cada vez más cansina guerra de los biocombustibles. Unos los desacreditan en su papel renovable, al modo “es peor el remedio que la enfermedad”, ya que no se sabe determinar cuánto menor es el balance de emisiones de CO2 y cuánto se emite debido a los cultivos, transportes y procesos necesarios para producir biocombustibles. Además sube el pan, ejemplo académico de demanda inelástica, o sea, que aunque suba lo seguiremos comprando, sin importar nos metan el palo. Yo no me creo esta subida. En este país hay mucho morro y no sólo las eléctricas, las petroleras, las telefónicas y las constructoras van a tener pactos de precios y van a hacer subidas unánimes e indiscriminadas, ahora se suma la industria alimentaria, con la burda “bioexcusa” de los cultivos energéticos. Desde inagotable lo digo. No me gusta el biodiésel, no lo veo como la solución energética. Sí valoro la solución social que sería en ciertas zonas la recuperación de áreas agrarias abandonadas que a la vez nos ayudaría a depender en menor medida del petróleo. Pero aún me gusta menos la guerra de grupos de presión ensalzando o demonizando este tipo de energía. No intente manejarnos más, por favor.
Cada día veo más y más negocio en todo esto. Está claro que las grandes empresas no van a entrar en el sector de las energías renovables sin forrarse a cambio. Pero sí que vamos a seguir hablando de ello, unos cuantos bloggers, aficionados a este “mundillo” y sin pedir nada a cambio, sólo por hacer la energía un poco más “inagotable”.