Desde el pasado mes de mayo la República Francesa cuenta con un nuevo presidente: Nicolás Sarkozy. Su trayectoria al frente del Ministerio del Interior galo le granjeó una fama de duro que, sin embargo, no le ha restado apoyos para alzarse con la presidencia de la república. Y, entre sus aficiones, algunas que ya empiezan a salir a la luz pública. Una de ellas, los toros. Pero no un aficionado cualquiera, sino de los de verdad.

Nicolas Sarkozy en el tendido de la Maestranza de Sevilla, en la feria de 2006, acompañado del empresario Simón Casas.

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Sarkozy (Paris, 1955) es hijo de un aristócrata húngaro que huyó del régimen comunista y nieto de una judía sefardí griega. Comenzó su carrera política a los veintidos años, y durante la mayor parte de su carrera se le consideró como el protegido de Jacques Chirac, aunque posteriormente se fueron distanciando con el paso de los años.

Fue en esos años cuando comenzó a cultivar un amor por la Fiesta que le ha llevado a ser asiduo de plazas como Nimes o Arles, además de acudir a tentaderos y fiestas de amigos donde el toro tiene un papel protagonista. Incluso, cuando sus compromisos oficiales se lo permitían, no ha dudado en acudir a Sevilla o San Isidro para asistir a varios festejos.

Ello le ha llevado a afirmar que al igual que respeta que en el norte del país no quieren que se realicen corridas, también respeta los escenarios donde éstas se desarrollan.

Además, entre sus preferencias, no duda en destacar a José Tomás o César Rincón. Al menos, en lo que respecta al toreo, no se le puede negar buen gusto...

Post Data. Con el permiso de mi compare Manué, quiero completar este post añadiendo que la candidata socialista Segolene Royal publicamente también se ha declarado partidaria de la fiesta de toros y que el que fuera Primer Ministro de Francia entre 1997 y 2002, Lionel Jospin, acudió el pasado día 22 a la plaza de Las Ventas donde pidió como un aficionado más, las orejas para sus compatriotas Juan Bautista y Sebastián Castella.